¿Cómo recupero la Esperanza?

El 2020 ha sido un año atípico, un año que ha sido doloroso para muchas familias, una pandemia que llegó cuando nadie estaba preparada para vivir una, siempre sonaba lejano la ficción hasta que llego y obligó a todos a vivir con ella, tomando en consideración todas las medidas; hábitos de salud, higiene y de nuevas formas de convivencia. 

Muchas personas se sienten como ir sobre un barco a la deriva, un barco sin rumbo, una sensación de incertidumbre se ha apoderado de muchos, el contexto global ha obligado a que este sentimiento está presente, la esperanza aparece solo en pequeños destellos, cuando no hay certezas. 

Todos hemos sido movidos y arrastrados por la Pandemia, y nos hemos olvidado de escuchar a ese cuerpo emocional; consentirlo, trabajar, reparar las secuelas y heridas del presente, en menor o mayor medida el miedo lo hemos vivido a lo largo de estos meses.  

La idea de retomar nuestras vidas como la conocíamos antes por lo pronto parece lejano, el encierro sigue, muchos siguen con el miedo de contagiarse, de retomar tu vida.

También ha sido un punto positivo, para muchos fue el momento para encontrarse, para detenerse en la rutina y descansar, estar con la familia, compartir la mesa, conectar con tu hijo, pasar tiempo de calidad, pero no podemos negar que también trajo momentos difíciles, que no nos hemos detenido a llorar, a decir, estoy cansado del encierro, que etapa tan más dura, difícil he estado transitado y también se vale, pero llega un momento en que tienes que dejar de luchar, dejar tu escudo y espada, y decir ya estoy harta de la situación. 

Cargar con miedo, preocupación, puede provocar ese sentido de desesperanza, que se traduce en dolores en el cuerpo, cansancio, sueño, flojera, te sientes enfermo, hay un miedo a la muerte, pensamientos de muerte, lo que provoca falta de concentración, no puedes escribir, pensar, estás disperso. 

Recuperar la fe en nuestras posibilidades es difícil cuando la huella de lo que nos ha hecho perderla es profunda, Es importante alimentar emociones positivas y retomar el control de todo lo que te sucede, plasma sobre papel tus días a través de un diario, conecta con la naturaleza, escucha música que eleven tus ánimos y ejercítate, esto le ayudará mucho no sólo a tu cuerpo sino también tu mente. 

Se trata de preocuparnos por nuestra salud mental, evita alimentar estados emocionales negativos, aunque muchos de ellos son inevitables y forman parte del camino natural de las cosas, recuerda que nada es para siempre. 

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